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Uso de Las Varas

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El uso de las varas dentro de las sesiones de BDSM, se llama caning.

Ésta es una de las prácticas más utilizadas. Los practicantes habituales del BDSM, afirman que esta práctica produce gran placer sensual en ambas partes.

El dolor producido por el uso de varas es altamente erótico y seductor. Además, está asociado con las concepciones de castigo en el rol del sumiso o sumisa.

Se afirma, dentro del ámbito de esta área de sexualidad alternativa que su utilización es una de las más antiguas. En realidad, data desde épocas muy remotas, un claro ejemplo fue el Marqués de Sade, quién fue azotado con varas durante su educación y luego lo adaptó al uso erótico.

Uso de Las Varas

El caning o uso de varas, consiste en golpear con varas especiales, llamadas cane, ciertas áreas del cuerpo. Generalmente se centra más en el área de los glúteos.

Esta práctica puede producir miedo o repulsión durante las primeras sesiones, sin embargo dentro del BDSM es muy valorada como estimulante sexual.

No obstante, puede convertirse en un estímulo muy agradable o llegara ser parte de un severo castigo, esto dependerá del consenso previo y la confianza, además de la experiencia de ambos participantes.

Por ello es importante un manejo adecuado de la vara y permitir que la persona que recibirá el castigo, se adapte progresivamente.

También es importante ir gradualmente para conocer los límites y la tolerancia del sumiso o sumisa ante este tipo de estimulación sensual.

Los conocedores, opinan que el caning es un arte. Por lo tanto requiere de destreza y creatividad.

 

 

¿Cómo iniciarse en el uso de las varas?

La habilidad en el uso de las varas es muy importante para que se produzca un efecto placentero en ambas partes y no solo en quien da los azotes.

No se refiere a generar golpes sin gracia en una persona atada. Por el contrario, son un recurso adicional a la estimulación producida durante estos juegos deliciosos eróticos.

Cuando la persona es nueva en el uso de varas, puede practicar con cojines de terciopelo o almohadas rociadas en talco. De esta manera, puede comenzar a graduar la intensidad de los toques y percibir su propia fuerza.

¿Cómo iniciarse en el uso de las varas?

Esto además permite adaptar el giro de la muñeca según el lugar a donde se dirige el golpe de la vara.

Las varas cortas son más fáciles de manejar y ayudan a perfeccionar la puntería. Lo mejor es que sean rectas y flexibles.

Cuando se utiliza varas más largas, el dolor es un poco más intenso. Usualmente se utilizan diferentes tipos de varas en una sesión de BDSM de expertos.

No obstante si el uso es ocasional o forma parte de un cambio de rutina, es preferible que sea corta y blanda.

 

Técnicas para el uso de las varas

Desarrollar una técnica propia eleva la confianza y el placer obtenido.

La vara debe sujetarse con firmeza y cierta soltura.

La puntería debe practicarse previamente, el uso del cojín es una buena opción para esto.

La intensidad y frecuencia debe aumentarse progresivamente. Cuando los primeros golpes son muy fuertes, se pierde el efecto de novedad, generando aprehensión en la persona sumisa.

Algunas de las formas más placenteras para usar las varas, se originan de la observación.

Por ello, debe observarse la reacción que producen los golpes en la otra parte. Esto ayudará a determinar la mejor frecuencia y fuerza de cada golpe.

Los movimientos oscilatorios de la vara favorecen la rapidez, produciendo toques fuertes pero superficiales y de poco impacto.

En contraposición, estos toques producirán un mayor ardor remanente, lo que se traduce en placer en la otra persona, pues se calienta la piel.

Para ser un experto en el uso de varas, se debe modular la frecuencia e

intensidad de los golpes según la reacción de la pareja.

La gradación puede ir desde un movimiento vibratorio sobre la piel hasta azotes intensos y muy dolorosos.

Estos últimos siempre deben ser aceptados voluntariamente, pues de lo contrario se estará incurriendo en maltrato físico, que lejos de producir placer, será una experiencia desagradable.

Las varas también se pueden utilizar para dar masajes a través de suaves golpes en la columna, los hombros y el cuello.

Esta actividad incita la producción de endorfinas y adrenalina, ambas aumentan la excitación y despiertan todos los sentidos al máximo.

También, se suele combinar con vendas en los ojos para genera más expectativa.

Los azotes

El uso de la muñeca durante los azotes con varas es un detalle que debe explorarse. Los conocedores, recomiendan girar un poco la muñeca para producir un golpe rápido.

La coordinación mano-brazo es imprescindible. Pues permite imprimir un golpe que genere sensación dolorosa sin lastimar los tejidos cutáneos.

El dolor que provoca la vara debe ser distinto a las nalgadas dadas con la mano.

Un recurso que se recomienda durante el uso de las varas es el zumbido que se genera en el aire. Este sonido provoca una expectativa en la persona dominada que añade placer a quien golpea.

Las varas producen, cuando se utilizan de forma adecuada una sensación dolorosa, combinada con un ligero ardor y calor remanentes.

Los azotes

El dolor, suele ser intenso al principio y parece un corte en la piel. Sin embargo, el dolor declina rápidamente, dejando solo la sensación de calor o ardor.

Normalmente las marcas suelen perdurar durante varias horas o días, dependiendo de la intensidad.

La forma ritual del uso de las varas incluye ciertas características como por ejemplo:

  • Las marcas son perfectamente horizontales y paralelas en ambas nalgas o muslos.
  • Los toques son múltiplos de seis. Generalmente se acuerda antes de la sesión cuantos golpes de vara se van a recibir.
  • Un añadido de sensualidad consiste en que el sumiso o sumisa cuente los golpes mientras los recibe. Esto, tiene un componente de humillación y sumisión muy apreciado por el dominante.
  • Otra modalidad que añade dominación es que sea el sumiso quien solicite los golpes, bien sea mediante el número o alguna otra sea o palabra.

De esta forma, se prepara y dispone para recibir el golpe de la vara, y además se evita la fatiga.

 

Tipos de varas

Hay materiales que pueden producir severas lesiones en la piel y los tejidos.  Existen diferentes tipos según el material utilizado.

 

El tamaño de las varas

El uso de varas rígidas y muy delgadas, denominadas cañas, produce un dolor bastante intenso. Producen una primera reacción de dolor ante el golpe y una segunda, cuando se produce la relajación cutánea.

 

Las varas de mimbre

Usualmente están barnizadas. Deben humedecerse con frecuencia para que se mantengan flexibles y pesadas.

Para este cuidado se usa agua salada. Aunque los usuarios afirman que provoca una sensación muy agradable, se manchan con facilidad ante el contacto con fluidos corporales o sintéticos.

las varas de mimbre o ratan

Varas de materiales sintéticos

Hay varas fabricadas de fibra de vidrio, aluminio y plástico. Estas son más resistentes a las manchas y existe una gran variedad de modelos para elegir.

Entre las ventajas que ofrecen, cuentan con diferentes grados de rigidez y no requieren de grandes cuidados, aunque pueden romperse por el uso excesivo o si golpean con alguna superficie dura.

Las varas de ratán

Estas son las mejores para muchos conocedores. Entre las ventajas que ofrecen están la flexibilidad y la densidad.

Es un material semejante al mimbre, pero de mayor dureza y resistencia.

En este caso particular, las varas producen mayor dolor si son más delgadas. Usualmente estas cánulas miden entre 50 cm y un metro.

 

Precauciones para el uso de las varas

  1. Antes de iniciar la sesión con los azotes, es importante examinar la punta de la varilla, esta debe ser roma, sin puntas o filos de ninguna especie.
  2. Las áreas donde predominan o resaltan estructuras óseas nunca deben golpearse.
  3. Utilizar una vara corta permite un mejor agarre y evita los golpes accidentales en áreas delicadas.
  4. Las varas deben ser rectas. Esto evita desviaciones de los golpes.
  5. Evitar el uso de materiales rígidos como el hierro para elaborar varas o sustituirlas.
  6. Establecer con antelación la palabra clave. Los principiantes pueden además acordar el número de azotes y los sitios preferidos para ello.

Precauciones para el uso de las varas

¿Dónde usar las varas?

Las zonas erógenas por excelencia son los glúteos. Por ello golpear en medio de las nalgas es muy estimulante. Al igual que golpear en las dos al mismo tiempo.

Lo más conveniente, es golpear en zonas carnosas, como los muslos y el pliegue entre ellos y los glúteos.

Los golpes pueden distribuirse a los largo de las piernas, evitando las zonas en las cuales no hay tejido blando.

Aunque suele comenzarse en los glúteos, esto no es una norma fija.

Dar toques suaves en los pies y las pantorrillas también crea una rica sensación en la persona que juega el rol de sumisa.

 

¿Dónde NUNCA usar las varas?

Hay zonas del cuerpo que son muy delicadas, por lo cual es preferible evitar los azotes sobre ellas. Se dividen de la siguiente forma:

  1. Zonas de riesgo: son aquellas áreas donde los golpes de vara deben ser de poca frecuencia e intensidad.

Por ejemplo: los hombros, antebrazos, senos, codos, palma de las manos, pantorrillas, pubis y genitales.

  1. Zonas de peligro: estas áreas no deben ser golpeadas directamente con varas ni otros elementos.

Son: la cara, la parte frontal de torso superior, el abdomen, la zona lateral de las caderas, la parte frontal de las pantorrillas y los pies.

  1. Zonas críticas: son aquellos lugares del cuerpo que se consideran de alto riesgo.

Estas son, específicamente: el área de la tráquea, el abdomen inferior y todas las articulaciones superiores e inferiores.