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Tortura Genital Másculina

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La tortura genital masculina comprende muchas técnicas diferentes.

Esta manifestación, de índole sadomasoquista, incluye una gran variedad de escarmientos sobre el pene y los testículos del hombre.

Este tipo de práctica, se conoce generalmente como CBT, debido a que estas son sus siglas en ingles.

Durante una sesión de CBT, los genitales del hombre son manipulados bajo situaciones muy bruscas y extremas, en la búsqueda de producir el mayor placer posible.

Todo esto se realiza, evitando causar lesiones. A tal fin, las sensaciones placenteras que se desprenden de esta actividad difieren en grado e intensidad, al igual que los castigos.

Usualmente el castigo se adapta a la tolerancia que manifieste la parte sumisa.

TORTURA GENITAL MASCULINA

Indudablemente, este placer doloroso requiere de una serie de precauciones necesarias para evitar daños permanentes, pues esta es una de las zonas más delicadas del cuerpo masculino.

A lo anterior hay que añadir que los genitales tiene además una función reproductiva, por lo cual pasan a ser de suma importancia para cualquier pareja.

Es fácil suponer que esta técnica de tortura posee muchas modalidades que van en correspondencia con la tolerancia y la experiencia de los participantes.

El castigo genital masculino, funciona como un poderoso estimulante sexual, debido al componente psicológico que supone estar a merced de la parte dominante.

La graduación varía, desde un suave y sensual castigo, hasta las torturas meno pensadas por el común de las personas.

Para el sumiso, someter el área más privada de su cuerpo a los caprichos del dominante resulta muy excitante.

Estas técnicas suelen ser muy bien acogidas, pues resultan altamente gratificantes para ambos participantes.

Sin embargo, es importante recordar que esta área es sumamente delicada, y debido a su estructura puede resultar dañada si no se conocen las precauciones necesarias.

 

¿Qué hace tan interesante la tortura genital masculina?

tortura genital masculina

Desde la simple incomodidad, hasta el dolor severo, existe un gran camino, el cual se puede explorar paso a paso, conociendo las prácticas más usuales de tortura genital masculina.

Esta modalidad de castigo, suele ser la preferida de muchas damas dominantes cuando se aplican su dominio sobre el varón.

Las razones sobre por qué este tipo de tortura es tan excitante, divergen.

Por un lado, algunos especialistas opinan que el placer se deriva de la posición de dominio sobre el cuerpo del sumiso. En este sentido, es el mando sobre el campo sexual lo que provoca una gran excitación en la contraparte.

Otros sexólogos, postulan que la satisfacción se genera al atacar el ego del caballero.

¿Qué hace tan interesante la tortura genital masculina?

Independientemente de las causas, esta actividad resulta muy erotizante para los hombres que se someten a ella.

Como dato curioso, los genitales del hombre han sido considerados sagrados, al punto de que, en la Civilización Romana los juramentos serán hechos sosteniendo los testículos con una mano.

Este hecho, dio origen a la palabra “testigo”. En otras culturas, tocar los testículos de otro hombre acarreaba la pena de perder la mano.

En fin, las razones para disfrutar este tipo de tortura son tan personales como la disposición y tolerancia al dolor.

Por ello, siempre debe adecuarse al gusto personal, atendiendo las recomendaciones para evitar daños irreversibles.

¿Cómo castigar a un caballero? A continuación se explican brevemente algunas de las más sensuales técnicas de tortura genital masculina.

 

Las técnicas de tortura genital masculina

tortura genital masculina

La diversidad de técnicas que se expondrán, pueden adecuarse de forma individual, tomando en cuenta la capacidad para soportar el dolor y las preferencias del sujeto “castigado”.

Para efectos prácticos, se describen las formas de castigar el área genital, distinguiendo entre la forma de aplicarse al pene y los testículos.

1.- Las Deliciosas Compresiones

En los testículos, por ser una de las áreas más delicadas del sistema sexual masculino, deben realizarse con mucho cuidado.

Algunas acciones placenteras consisten en apretar las gónadas con la mano de la misma forma que si fueran pequeñas pelotas de goma.

Se pueden tirar hacia abajo antes de ejercer presión, para que se más eficaz y además evitar pellizcos en la base del pene.

Frotarlos entre sí genera una sensación incomoda que puede llegar a ser muy dolorosa.

Esto se origina porque la compresión de las terminaciones nerviosas dirige el dolor hasta el abdomen.

Usualmente, los testículos son amarrados para que la presión sea más constante.

Cuando se aplica compresión directamente en el pene, solo basta apretar fuertemente la base o el glande con las manos o alguna cuerda de tela.

En ocasiones se utilizan otros accesorios más rudos, como cadenas o pequeñas jaulas.

El cuerpo del pene es más resistente, por lo que soporta fácilmente un trato más rudo.

 

2.- Las Sonoras y Sensuales Palmadas

Dar toques con la palma de la mano, estimula los testículos y de acuerdo a la fuerza también varia el dolor producido.

Estos toques pueden generar un dolor muy intenso, hasta llegar a privar al sumiso. Por ello, debe hacerse atendiendo a las reacciones del mismo.

Dentro de las prácticas de tortura de genital masculina, es común que se aten primero los testículos y luego de golpeen por los lados.

Cuando se hace de esta forma, las gónadas rebotan dentro del escroto, incrementando un dolor placentero que puede tolerarse bastante bien si no se aplica excesiva fuerza.

No solo pueden utilizarse las manos, algunos accesorios de BDSM como paletas, fustas y cinturones o tiras de cuero funcionan perfectamente.

La precaución es muy importante, pues esta región puede ser lesionada de forma irreversible cuando se ejerce demasiada fuerza en los golpes.

Son más recomendables los objetos con superficie plana y lisa. Nunca deben realizarse perforaciones o abrasiones sobre el escroto.

En el cuerpo del pene, se permite y acostumbra el uso de fustas, látigos cortos, paletas y casi cualquier otro utensilio, según el gusto de los participantes.

No obstante, cuando el pene esta erecto, es más fácil romper los vasos sanguíneos, pues están más dilatados.

El tiempo de recuperación de este tipo de lesiones es bastante largo y puede derivar en lesiones más graves, por ejemplo la disfunción eréctil.

Las varas y cintas de cuero cumplen una excelente función a la hora de producir pequeños e intensos toques de dolor/placer en el sumiso.

tortura genital

3.- Los Pícaros Pellizcos

El escroto, reacciona rápidamente a cualquier estimulación y por ello, los pellizcos elevan muy bien la sensación en esta zona.

Las uñas o la yema de los dedos es suficiente para elevar la sensación.

Sin embargo, algunos conocedores utilizan pinzas para causar un dolor más agudo y permanente.

Arañar o rascar con implementos ásperos también resulta una interesante fuente de placer masoquista. A estas ideas, se suman las pequeñas punciones superficiales o el uso de elementos irregulares que produzcan la sensación de raspar la piel.

Para que la sensación sea más intensa es mejor apretar el saco de los testículos.

La atención debe hacerse sobre los instrumentos y la presión, ya que esta piel es muy frágil. Los rasguños deben ser superficiales.

Otra atractiva opción es aplicar hielo o enfriar los accesorios antes del uso. Estas técnicas permiten un control del dolor bastante fácil.

4.- Las Temidas y deseadas Pinzas

La variedad de pinzas, permite jugar de una forma bastante versátil con el pene y los testículos.

Las Temidas y deseadas Pinzas

Aplicar estos pequeños cepos sobre la piel del pene y los testículos, produce un dolor tolerable y con una duración más intensa.

Al remover las pinzas es cuando se alcanza el punto máximo de dolor, pues se restablece la circulación.

El prepucio, es en donde mayor sensación se obtiene con esta técnica. En los testículos, se suelen utilizar pinzas recubiertas, de madera o de plástico.

Es mejor evitar a toda costa el uso de pinzas dentadas o metálicas.

Otras pinzas, traen cuerdas o ganchos para lastres. Debe cuidarse el exceso de peso en el área del recubrimiento testicular.

Mientras más ancha sea la pinza, más área abarca y produce menos dolor.  Para sesiones de larga duración, se recomiendan pinzas de madera.

 

5.- ¿Bondage genital?

Hay muchas formas de realizar ataduras sobre los testículos que produzcan dolor y placer al sumiso.

Para ello. Se juega con la presión, el estiramiento e incluso puede combinarse con pinza y algo de peso.

Usar cuerdas de colores llamativos aumenta el efecto visual.

Una técnica muy utilizada, es separar los testículos, halando cada uno de ellos hacia el lado contrario.

Esta atadura produce un efecto de separación entre ambas gónadas y el pene.

Además, existen cuerdas diseñadas específicamente para este fin. Es conveniente que el tiempo de las ataduras no sea excesivo, pues existe el riesgo de cortar el flujo sanguíneo.

El pene, también puede atarse para el placer de ambas partes, por ejemplo, atar la base impide la erección. De esta forma se restringe y aumenta la sensación de dominio por el amo.

¿Bondage genital?

Dentro de los asiduos al BDSM, este tipo de ataduras se puede llevar de forma cotidiana, como un apasionante complemento de la relación D/s.

 

6.- La cúspide del placer, el Paracaídas

Este artilugio, se ubica en el escroto. Está confeccionado en cuero y se adquiere en tiendas especializadas en el BDSM.

Se ubica en medio de los testículos y el miembro.  Cumple la función de separarlos y posee 3 cadenitas en las cuales se puede colocar un lastre.

Para muchos hombres, este artefacto es la representación misma del placer de la tortura genital masculina bien entendida.

En el paracaídas, tienen cabida múltiples juegos eróticos que dependen de la creatividad del dominante y la tolerancia del sumiso.

Las cadenas pueden unirse o atarse a lugares diferentes. La imaginación servirá para orientar sobre nuevos interesantes usos de este sensual accesorio.